1DEJFahora es una marca ficticia dedicada a ayudar a los fumadores a dejar de fumar por lo que, “salvo sorpresa de última hora”, nunca podremos ver un folleto de esta marca dirigido tal fin ni a ningún otro. No obstante, raro sería que si existiera este hipotético folleto, que pueden Ustedes imaginar de la forma que deseen -y que tomo como ejemplo en este artículo de opinión para hablarles de  qué puede conseguir un folleto publicitario-, pudiera conseguir lo que nadie ha conseguido ni con imágenes impactantes en los paquetes de tabaco de operaciones quirúrgicas de pulmón, cáncer de boca y garganta, relacionadas con la muerte, o mensajes como que el humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas. Sería el folleto perfecto y la mejor campaña de la historia y…

El folleto perfecto no existe

No, el folleto perfecto no existe. Por lo menos no hasta el grado de conseguir hitos como el antes planteado en el que tendríamos un folleto casi mágico, capaz de convencer y hacer actuar a todo el mundo. A todo un “target group” que se dice en publicidad, o público objetivo en general cuya definición más detallada pueden consultar en este artículo. Pero esto no quiere decir que técnicamente un folleto pueda ser perfecto, o por lo menos cumplir con los standares publicitarios de corrección y visuales también, y ser  un derroche de creatividad que nos acerque a la perfección. Siempre, claro, que cumpla con los objetivos de la campaña (animar las ventas, incentivar, motivar, recordación de marca, actuar, afiliarse, votar…).

Partiendo de lo comentado, y para situarse, si nos preguntamos como ha de ser un folleto les recomendaría que fuera…:

• Limpio: con una buena ubicación del titular, del mensaje o cuerpo de texto (en el que se explican detalles de la propuesta planteada en el titular), de la parte visual y de la rúbrica (dirección o ubicación, datos de contacto, email, perfiles de redes sociales…).

• Claro: en base a una ventaja competitiva sólida, probable y demostrable en pocas palabras o acompañada de hechos pasado, y una gramática directa al público objetivo. Aquí debemos hacer uso del poder de las palabras en publicidad y de palabras que motivan.

• Conciso: utilice las palabras justas y no sobrecargue ni el mensaje ni la imagen, que se sientan en armonía y que transmitan rápidamente el qué, el cómo, el cuándo y otras preguntas típicas solo si fuera estrictamente necesario responder en el folleto a temas como cuánto vale, por ejemplo. En este apartado estaría comprendida la creatividad y el diseño gráfico.

• De formato adecuado al mensaje: no será necesario por ejemplo imprimir un tríptico si el mensaje es corto y no requiere de granes explicaciones, o de un díptico (ver qué es un díptico) por ejemplo si lo que queremos hacer es un cupón descuento de una oferta única, que perfectamente podría imprimirse en un DIN A5 e incluso en un DIN A6.

• De un gramaje acertado. Esto es, para entendernos, el grosor del folleto que suele ser mayor en productos de lujo (170 e incluso 200 y 250 gramos metro cuadrado), y el habitual 135 gr/m2 para un folleto “normal”.

De esta forma tendríamos un folleto perfectamente realizado, que no el folleto “perfecto” que ya incluiría como les indicaba antes una dosis “perfecta”, valga la redundancia, de creatividad, diseño y copy text; generalmente fuera del acceso de la gran mayoría de anunciantes por el dinero que podría representar.

No obstante, acercándonos a un folleto perfectamente realizado, y ya no digo consiguíendolo que no es ni mucho menos imposible si se cuenta con conocimientos publicitarios y un buen diseñador, obtendremos muy buenos resultados con nuestro folleto si seguimos una estrategia adecuada de reparto, e incorporando una promoción eficaz que lleve a la acción a nuestro público. Siga con nosotros en el momento adecuado para hacer publicidad.

Fdo. David Guiu, Director de OPEN-buzoneo.com